martes, 31 de julio de 2012

UN GENIO ARGENTINO Y UNIVERSAL: José Alvarez López. 1)TECNOLOGÍA PIRAMIDAL; 2) KHEOPS, UN FARAÓN DESCONOCIDO


TECNOLOGÍA PIRAMIDAL (1) por José Alvarez López



UN PROYECTO JAPONÉS

En el año 1979 un grupo de científicos japoneses decidió poner término a la milenaria discusión sobre cómo se habían erigido las pirámides levantando una en Egipto, por los mismos métodos supuestamente empleados en la Antigüedad.En efecto una cadena de televisión de Tokio recolectó fondos para la construcción de una réplica de la Gran Pirámide pero de sólo unos treinta metros de altura. 


Podrá parecer sorprendente este interés del lejano Japón por las pirámides egipcias, pero hay muchas disposiciones japonesas asociadas a ellas desde la más remota Antigüedad, como las Pagodas, los templos budistas y hasta el famoso “Ikebana” que es una disposición floral de estructura piramidal.Yo fui consultado en ese momento por personal de la embajada de Japón, que vino a verme a mi casa de Córdoba, en relación a esta empresa. 


Mi opinión fue francamente desfavorable, por entender que una exacta réplica a escala de la Gran Pirámide es imposible de hacer en nuestra época, pues nuestra presente civilización todavía no ha alcanzado el nivel tecnológico requerido para ello.No obstante, la empresa prosiguió, pero al final debió ser abandonada por un cúmulo de circunstancias técnicas y políticas que se suscitaron, entre ellas la oposición del gobierno egipcio hacia la referida construcción, siguiendo en ello la ancestral animadversión de los habitantes de Egipto hacia las pirámides. 

Todos sabemos que el Egipto de hoy es musulmán intransigente, y ese pasado pagano (no árabe) no tiene arraigo entre ellos.Pero la mayor dificultad de los japoneses fue el no encontrar una carretera apropiada para el transporte de las piedras desde las canteras de Assuán hasta El Cairo. Es cierto que una gran parte del trayecto (unos 1000 km.) puede ser transitado por vía fluvial unos cuatro meses del año, pero los restantes kilómetros exigen una carretera que no se encuentra por ninguna parte. 

Quedaba para los japoneses la alternativa de construir la carretera o transportarlas por vía aérea. Pero cualquiera de las dos soluciones implicaba no construir la pirámide exactamente como lo habían hecho los egipcios.El problema quedó una “charada” para los técnicos y científicos de tan grave significación que recientemente un grupo de técnicos franceses —en el afán de superar este escollo conceptual de la arqueología— han imaginado que las piedras de la Gran Pirámide fueron estructuras sintéticas formadas de arena colocada en encofrados de medidas convenientes sobre la cual se vertía un líquido que transformaba automáticamente la arena en granito. 

Esta idea que no puede caber en la cabeza de ningún estudiante de química o geología, ha alcanzado difusión universal, lo cual prueba lo acuciante del problema del transporte de piedras en el Antiguo Egipto, un verdadero desafío para lo que suponemos la avanzada Era Atómica.Para el lector no especializado debemos aclarar que el granito está compuesto de cuarzo, feldespato y mica. Por efecto de las lluvias y el viento, el granito es erosionado y el anhídrido carbónico y el ácido nítrico de las aguas de lluvia disuelve o arrastra en forma de arcilla la mica y el feldespato, dejando solamente la sílice o sea la arena. Pensar que rociando un líquido se puede reconstruir el primitivo granito es inaceptable. Por otra parte, aunque fuera posible dicha transmutación, el argumento ignora el hecho de que estudios químicos cristalográficos e isotópicos, llevados a cabo por los arqueólogos, han mostrado con seguridad, que el granito rosa de la Gran Pirámide proviene de Assuán. 

 Estudiando de cerca el problema del transporte de las piedras, se hace evidente la poca atención prestada al mismo por la mayoría de los arqueólogos. Algunos de ellos, sin embargo, han enfocado el problema con criterio técnico-prático como por ejemplo el egiptólogo Clarke —de Oxford— y Ponce Sanguines —del Centro de Investigaciones de Tiahuanaco— quien ha demostrado en ensayos de campo que un bloque de 4 toneladas requiere la fuerza de 150 hombres para ser transportado sobre un trineo a lo largo de una calzada bien pavimentada y a razón de 4 km por día. Con este dato concreto, calculando la distancia de El Cairo a Assuán en 2000 km y teniendo en cuanta que el Egipto de aquel tiempo no podía disponer de una fuerza de trabajo mayor a 200 mil hombres, llegamos a la conclusión que cualquiera puede verificar que el transporte de los dos millones y medio de bloques constitutivos de la Gran Pirámide no pudo insumir menos de 2604 años. 

Lógicamente podemos rebajar la cifra aduciendo que cuatro meses al año reducimos el recorrido terrestre en unos mil kilómetros. Pero tampoco podemos olvidar que los bloques no se encuentran tallados a la orilla del río ...la extracción y tallado de los bloques insumiría casi tanta mano de obra como de transporte.  

Cualquier lector tiene derecho a preguntarse cómo es que a ningún arqueólogo se le ocurrió verificar este simple ejercicio escolar y prefirieron en cambio aceptar el dicho de Heródoto de que la Gran Pirámide fue construida en 20 años..

.A pesar de todo, este asunto del transporte de las piedras de la Gran Pirámide es uno de los menores problemas que se presentan para la construcción de una réplica a escala, como fue el proyecto japonés. Tenemos `problemas mucho más graves que sitúan la construcción de la Gran Pirámide completamente fuera del alcance de nuestra moderna tecnología.

KHEOPS, UN FARAÓN DESCONOCIDO por José Alvarez López

KHEOPS, UN FARAÓN DESCONOCIDO
por José Alvarez López



Cuando los primeros “homo sapiens” aparecieron sobre la Tierra ya había pirámides. Cuando nos remontamos a los tiempos más antiguos, a los primeros hombres que poblaron el planeta, encontramos pirámides. Todos los hombres de todos los tiempos convivieron con pirámides. No tiene por lo tanto nada de extraño que hoy reconozcamos en los diversos continentes más de trescientas pirámides, todas procedentes de una remota antigüedad. En Méjico, por ejemplo, tenemos la pirámide de Cuicuilco, una parte de la cual se halla sepultada por lava volcánica. La datación de esta lava —es decir, la determinación de la fecha de la erupción volcánica— puede realizarse por métodos conocidos por la geología, y el resultado del estudio ha señalado una antigüedad de ocho mil años. La cultura maya —cuya existencia no tiene más de dos mil años— habría sido muy posterior a la fecha de la edificación de esta pirámide. Inclusive sería una pirámide muy anterior a las más antiguas dinastía egipcias.
En efecto, la arqueología egipcia sostiene que las más antiguas pirámides de aquel país no tienen una antigüedad mayor de cinco mil años. Se atribuye la edificación de la Gran Pirámide al rey Kheops que vivió alrededor del 2800 a. C.
Pero no todos los egiptólogos están de acuerdo con esta cronología, y un destacado piramidólogo (Pochan) sostiene que Kheops vivió hacia el 4800 a. C. Lo cual haría pensar que la edificación de la Gran Pirámide ocurrió dos mil a&nt! ilde;os antes o sea hace siete mil años, acercán! donos de este modo a las fechas de Cuicuilco.
Pero el análisis aquí esbozado en cuanto a la fecha de edificación de la Gran Pirámide contiene un punto obscuro y es que no existe ninguna razón científica aceptable que establezca que fue Kheops quien edificó la Gran Pirámide. El problema de la edificación de la Gran Pirámide s! e maneja, dentro de la arqueología, en una atmósfera de incertidumbre y obscuridad. Como lo señalan numerosos arqueólogos (Meyer, Driotton, etc.) la IV Dinastía —a dinastía a la cual pertenecía Kheops— nos es totalmente desconocida y de la misma no solamente carecemos de información general, sino que ni siquiera podemos estar seguros de la sucesión de sus reyes.
Se conocen numerosas listas de reyes egipcios! (las listas de Abidos, Sakkara, Turín, Palermo, El Cairo, Alejandría, etc.) pero no coinciden entre ellas por lo que la confusión arqueológica es aquí total. No ocurre lo mismo con las demás dinastías egipcias que son perfectamente conocidas tanto en sus personajes, la vida de ellos, como la historia general del país. Por una sorprendente paradoja, conocemos bastante bien la vida e historia de faraones que reinaron muchos años antes de la IV Dinastía, como, por ejemplo, los faraones de la I, II y III Dinastía. Reyes como Narmer, Udimu, etc. Correspondientes a la I Dinastía, son perfectamente conocidos por los egiptólogos.
En cuanto a la historia de Kheops el desconocimiento arqueológico es tan grande que todo lo que podemos decir —hablando con fundamento— es que para egiptología... “Kheops es un desconocido”. Este desconocimiento es subrayado por la circunstancia de que, a diferencia de los otros faraones, no se conocen de Kheops ni sus estatuas, ni sus pictografías, ni tampoco sus ed! ificios, ni sus tumbas, ni siquiera su templo mortuorio. Y esto es algo que el público desconoce.

El conocimiento arqueológico de Kheops —aparte su escueta mención de algunas listas reales que ya vimos— se reduce a dos textos en los cuales se hace alusión a este faraón. El primero de estos textos está referido a la “puerta falsa” de una mastaba del Imperio Medio (posterior en mil años al Antiguo Imperio de la IV dinastía) en donde una inscripción alude a la princesa! Meritiotes de la cual se dice que fue amante de Kheops, Khefrén y Micerino. La “mastaba” era un túmulo funerario cuadrangular en cuyo interior se encontraban textos y pictografías pintados o grabados en las paredes, a los cuales debemos la mayor parte del conocimiento arqueológico del antiguo Egipto.
La “puerta falsa” era una puerta simplemente pintada en el muro de la mastaba por la cual se suponía que podría entrar y salir el Ka, el alma inmortal del difunto (el alma mortal era llamada Ba y finalizaba con su vida terrestre). En cuanto al texto en sí, la arqueología estable hace una separación mayor de cien años entre Kheops y Micerino (Menkara en lengua egipcia), lo cual permitiría atribuir a la aludida princesa una longevidad que competiría ventajosamente con cortesanas históricas, que se hicieron famosas en las cortes europeas por su prolongada juventud.
El segundo texto pertenece al “papiro Westcar” que corresponde a la Dinastía XII (también del Imperio Medio que siempre provee de novelas y es la fecha de la llegada de Abraham a Egipto) en donde se narra el cuento antológico egipcio denominado “Kheops y los Magos”. En el citado papiro se dice que un día en que Kheops se aburría fueron llevador a palacios tres magos para entretenerlo. El primero de ellos, organizó una serie de juegos de salón que mantuvieron muy entretenidos a Kheops y sus hijos. El segundo mago aterrorizó al Faraón haciendo aparecer un cocodrilo que se achicaba a voluntad del mago, pero que también podía agrandarse hasta infundir miedo. El tercer mago adivinó secretos de los asistentes y, finalmente, hizo la profecía de que en la tercera generación sus descendientes serían reemplazados por una Dinastía nacida de Ra.
Aparentemente, la profecía se cumplió pues la V Dinastía se constituyó en el tiempo anunciado por el mago, con sacerdotes procedentes del monasterio de Heliópolis conocidos por su culto solar (más adelante maestros de Akhenatón, pues Ra es el Sol) que ocuparon el faraonato, que hasta entonces había estado ejercido por faraones laicos y militares. Pero hay que advertir que al momento de la confección del papiro Westcar ya habían transcurrido ocho dinastías más, de modo que la historia egipcia era bien conocida por los escribas de la Dinastía XII.
En estas pocas alusiones a Kheops de la literatura egipcia se puede uno sorprender de que el gran constructor de la pirámide más célebre del mundo, tuviera tiempo de aburrirse. El cuento del papiro Westcar hace más bien pensar que Kheops tuvo poco que ver con la Gran Pirámide.
Nos queda por examinar el único testimonio histórico en donde se afirma que la Gran Pirámide fue construida por Kheops. Se trata del relato de un viajero griego que por accidente llegó a Egipto durante la dominación persa (que siguió a la invasión asiria), y conversó allí con gente que encontraba en la calle. En efecto, Heródoto nos dice que fue a Egipto para aclarar un asunto del que le habían hablado en Persia y que era algo que despertó su curiosidad... la demostración de que Frigia era el más antiguo reino de la Tierra.

El propósito inicial de Heródoto fue escribir una historia de Persia (entonces predominante en Oriente), pero llegado allí le narraron que un rey habiendo decidido averiguar cuál era el lenguaje más antiguo de la tierra hizo aislar a dos niños recién nacidos de modo que nunca oyeran pronunciar una sola palabra. La primera palabra que pronunciaron fue “becos” que, después! se aver iguó, quería decir “pan” en Frigio. De lo cual concluyó el susodicho investigador, que el frigio era el más antiguo idioma hablado por el hombre. El viaje a Egipto de Heródoto obedeció a su interés —realmente científico— de obtener más información sobre el aludido experimento.

Como entre unas y otras cosas Heródoto visitó casi todo el mundo antiguo, terminó por escribir su famoso “Nueve Libros de la Historia” que dedicó a las nueve musas, que como es sabido estaba cada una consagrada a un arte. Hoy todavía las nueve musas siguen teniendo vigencia y es así que usamos a “Melpómene” para designar a la tragedia, “Talía” para designar a la comedia y a “Euterpe” para referirnos a la música. A esta Euterpe, precisamente, dedicó Heródoto la parte de su libro que se ocupa de Egipto.

En estos pasaje del “Padre de la Historia” es evidente que el viajero recoge las más diversas opiniones y no precisamente las de los sacerdotes, pues dice expresamente que los s acerdotes egipcios eran reticentes en mencionar los nombres de los reyes que habían edificado las pirámides, y que cuando se referían a ellas las llamaban, genéricamente, “las pirámides del pastor Filitis” por ser este pastor, aclara Heródoto, el que apacentaba sus ovejas en el lugar donde se hallaban las pirámides. Es evidente por el nombre griego, que este pastor vivía ya en época tardía.

La pregunta obvia es de dónde obtuvo Heródoto la información sobre la existencia de estos reyes y su pretendida participación en la edificación de las pirámides. La arqueología hasta hoy no tiene confirmación alguna ni de lo uno ni de lo otro y ha debido confiar, por falta de información, en la veracidad de Heródoto. Y aquí aparece otro inconveniente pues cualquiera que lea a Heródoto, muy pronto se dará cuenta de que no puede prestarse mucha fe a un autor que constantemente confunde la historia con la mitología. Evidentemente el Padre de la Historia era incapaz de distinguir entre una y otra cosa. Por esto y por otras cosas ya Plutarco —el fidedigno historiador grecorromano— acusaba a Heródoto de charlatán. Pero Heródoto, aparte su natural tendencia mitificante, se veía compelido por otros factores.
No queremos disminuir los méritos indudables del narrador y viajero griego que ha dado con su información la base de importantes investigaciones históricas, pero en la época en que él se paseaba por Egipto había transcurrido mucho más tiempo desde la edificación de las pirámides, que el pasado desde época de Heródoto hasta nosotros. Es el período egipcio llamado Epoca Baja, cuando el país del Nilo pasa por las sucesivas influencias asirias, persas, griegas, algunas veces por invasión y otras por fundación de colonias de las mismas en su territorio. Especialmente cuando este Egipto que visita Heródoto se halla bajo la dominación de Persia (de la que lo rescatará Alejandro) y en realidad está convertido en una “satrapía” o gobernación del Gran Rey (como le llamaban los griegos). A un mismo tiempo en su territorio habíanse fijado colonias griegas, motivo por el cual los macedonios un siglo después, se interesaron en liberar a Egipto. La información de Heródoto desde este punto de vista, tiene tanto valor como la que podría obtener un turista moderno, a quien un taxista de Roma le informara sobre la fecha de la erección del Capitolio.


Por otra parte en la época del narrador sucedían las cosas de muy distinta manera que hoy. En este sentido un conocido arqueólogo señala que Heródoto “que vio en su viaje por Egipto tantas cosas que no existían, no vio muchas de las allí existentes”. En efecto, no menciona en ningún momento la presencia de la Esfinge como si durante su paso por Egipto tal monumento no hubiera estado allí. O sea que Heródoto, el cual vio tantas cosas con respecto a las Pirámides, no vio sin embargo a la Esfinge.

Haciendo un ajuste valorativo de la información de Heródoto, no debemos olvidar tampoco sus silencios deliberados... En Euterpe nos dice a cada rato “...pero de esto no me está permitido hablar”. Tal vez el tema de la esfinge fuera un tema “tabú”, y su deformada información sobre las pirámides tenga mucho que ver con esto.

Como los sacerdotes no hablaban ¿quién informó a Heródoto sobre los nombres de Kheops, Kefrén y Micerino?
Poco tiempo después de Heródoto aparece el historiador griego Diodoro de Sicilia quien dice sobre el tema... “Con respecto a las pirámides hay un desconocimiento total entre los egipcios, pues mientras unos las atribuyen a Kheops, Kefrén y Micerino, otros dan como autores a Armaeus, Amosis e Inarón”. Los tres primeros corresponden a la IV dinastía del Antiguo Imperio, y los tres últimos a la dinastía XVII del Nuevo Imperio, con el cual finaliza el período de los reyes Hiksos, pues Amosis fue su expulsor. Hay más de mil años de diferencia entre los dos grupos.

Ahora transcribiremos algunos pasajes de Heródoto (quien como dijimos visitó Egipto bajo la dominación persa), comenzando por el capítulo CXXIV...

“Hasta la muerte de Rampsinitos, dijo el sacerdote, Egipto fue gobernado con justicia y floreció grandemente pero después de él le sucedió Kheops en el trono el cayó en todo género de explotaciones. Cerró los templos y prohibió a los egipcios efectuar sacrificios, obligando en cambio a trabajar, unos y todos, a su servicio. Algunos eran requeridos para llevar los bloques de piedra hasta el Nilo desde las canteras situadas en las montañas de Arabia, otros recibían los bloques después que los mismos habían sido llevados en botes a través del Nilo, y los llevaban hasta las montañas llamadas de Libia. Unos cien mil hombres trabajaban constantemente y eran reemplazado! s cada tres meses por un lote nuevo.”

“Significó diez años de opresión del pueblo construir el camino por donde debían llevarse las piedras, un trabajo no inferior, en mi opinión, a la construcción misma de la pirámide. Este camino tiene 800 metros de largo, 20 de ancho y una altura de 15 en la parte más alta. Está construido en piedra caliza y cubierto de efigies de animales. Hacerlo llevó diez a&ntilde! ;os, como ya dije, o mejor dicho, construir el camino, las obras en el lugar donde debía edificarse la pirámide y las cámaras subterráneas que Kheops construyó para su uso personal, éstas últimas estaban en una isla rodeada de agua introducida del Nilo por un canal. La construcción de la pirámide misma demoró diez años. Es un cuadrado de 250 metros de lado, de igual altura hecha de piedras pulidas y colocadas con sumo cuidado. Las piedras de que está formada no son ninguna de menos de diez metros de largo.”

Sigue diciendo Heródoto en el Capítulo CXXV...

“La pirámide está construida en gradas o basamentos o de acuerdo con otros en forma de altares. Después de colocar las piedras en la base, levantaban por medio de máquinas formadas por trozos cortos de madera las piedras siguientes. Se colocaba una máquina de éstas por cada gradería de manera que había tantas máquinas como gradas tenía la pirámide, aunque también es muy posible que si las máquinas no fueran muy pesadas, las mismas pasasen de una grada a la otra conjuntamente con la piedra. La pirámide comenzó a pulirse desde arriba de manera que la última parte en quedar terminada fue aquélla que está sobre el suelo.”

“En la pirámide está escrito el valor de los ajos, cebollas y rábanos que consumieron los obreros empleados en la edificación que de acuerdo con el intérprete que me leyó los caracteres, alcanzaba a la suma de 16.000 talentos ¿A cuánto ascendió entonces el gasto de herramientas, alimentación y vestido para los obreros que hicieron no solamente estas obras, sino también aquéllas que debieron dar más trabajo como el transporte y tallado de piedras y galerías subterráneas?”

En la parte que sigue del Euterpe, Heródoto se ocupa de detalles sin importancia o más bien de carácter mitológico. Dice que Kheops, habiendo gastado el tesoro real, se vio en dificultades económicas para proseguir la obra de la pirámide, pero que resolvió el problema obteniendo fondos por la prostitución de su bella hija. Dice que la princesa requería, además, una piedra a cada uno de sus amantes, con las cuales terminó edificándose su propia pirámide.

Se ocupa también Heródoto de la segunda pirámide y en los siguientes términos en el capítulo CXXVII...

“Muerto Kheops sucedióle en el trono su hermano Kefrén. Según decían los sacerdotes, Kheops duró en el reinado 50 años. Kefrén gobernó el país de la misma manera y con los mismos propósitos y por ello se hizo una pirámide, en la puerta inferior revestida de mármol etiópico, pero menor en 12 metros que la anterior, lo que sé de haberlas medido personalmente. Carece la pirámide de Kefrén de los edificios subterráneos de la obra, ni tampoco posee la isleta que riega un canal derivado del Nilo y en donde, según dicen, están enterrados los restos de Kheops. Las dos pirámides se hallan en una colina que tiene unos 80 metros! de elevación. Kefrén reinó 55 años”.
El Faraonato como el Incario, tenían por sistema que el faraón o el inca sucesor debía ser esposo de la Princesa Real, única forma de lograr el cargo imperial. En el caso de Kefrén no bastaba con ser hermano del faraón anterior, de modo que su esposa fue la hija de Kheops que con el pago de sus amantes logró finalizar el costo de la pirámide.
Luego continúa Heródoto en el capítulo CXXVIII...


Sumados los años de ambos reinados dan los 106 años durante los cuales, refieren los egipcios, vivió el pueblo en total miseria, sin que en todo este tiempo se abrieran los templos una sola vez. Tanto es el odio que conservan contra estos reyes que no quieren ni acordarse de sus nombres y, por ello, al referirse a las pirámides, las llaman las pirámides del pastor Filitis, por ser éste el nombre del pastor que apacentaba sus ganados en el lugar donde se construyeron las pirámides”.

Cuando las civilizaciones han cumplido su tiempo con la historia, sus monumentos tienen otros usos. En Tihuanaco (Bolivia) ocurrió lo mismo. El inmenso templo sagrado (espacio abierto sin techo y subterráneo) al que se accede bajando una escalera, convirtióse en un lugar propicio para guardar ganado de guanacos. Un inmenso corral. Pues Ti-Guanaco tiene esa traducción. La metrología que yo realicé en Tihuanaco, posee el mismo patrón de medidas que la Gran Pirámide.
Lo anterior es toda la información sobre las pirámides que poseemos del viajero griego. Completaremos la cita de Heródoto, para mayor abundamiento, con el texto de Diodoro de Sicilia...


“Es idea general que estas obras son lo más maravilloso de Egipto no solamente por su grandiosidad sino también por la belleza de su construcción. Es indudable que hay que admirar más a los obreros que las construyeron con tanta habilidad que a los reyes que lo único que hicieron a fin de cuentas fue gastar dinero que no les pertenecía. En relación a las pirámides hay un desacuerdo total entre egipcios, pues mientras unos las atribuyen a Kheops, Kefrén y Micerino, otros dan como autores a Armaeus, Amosis e Inarón.”


“Aunque los dos reyes que hicieron construir estas pirámides tuvieron el propósito de que les sirvieran de tumba, ninguno encontró sepultura en ellas por la irritación de los pueblos que juraron retirar de ellas sus momias y reducirlas a pedazos. Los dos reyes fueron informados a tiempo e hicieron que sus amigos los enterraran en secreto, y en lugar desconocido.”

Para completar estas citas obtenidas por historiadores clásicos, debemos mencionar que Heródoto, en pasajes que no hemos transcripto, aclara que tampoco Micerino recibió sepultura en su pirámide sino que en la misma se hallan los restos de una hetaira (cortesana entre los griegos) llamada Rhodopis (Ojos de Rosa) con lo cual queda establecido que hasta la antigüedad clásica había llegado la información de que en ninguna de las tres grandes pirámides de Gizeh había sido enterrado ningún Faraón, lo cual ha confirmado la investigación arqueológica ulterior.
Estas ideas de los autores clásicos de que ninguna de las tres pirámides de Gizeh había contenido los restos de ningún Faraón es digna de ser tenida en cuenta sobre todo por algunos notables aciertos de estos antiguos cronistas. Por ejemplo, Diodoro dice que en la tercera pirámide (Micerino) se había sepultado a una cortesana y la investigación arqueológica encontró en la misma restos de la momia de una niña cuya datación por el Carbono 14 la refirió a los primeros siglos de la Era C ristiana. No era exactamente lo referido por Diodoro pero sí muy parecido.
En la Segunda Pirámide (Kefrén) no se halló tampoco resto de momia o equipo funerario. Por lo demás, los arqueólogos han debido observar que muy difícilmente se enterrara a un Faraón en una cámara pintada de rojo.
Hemos dejado para el final el caso de la Pirámide llamada de Kheops (Primera Pirámide) por cuanto aquí puede demostrarse en forma fehaciente que nunca pudo Kheops estar enterrado en ella.
El principal argumento en contra del entierro de Kheops —o cualquier Faraón en la Gran Pirámide-- fue planteado por Petrie, al observar que debido a la presencia de tres grandes bloques en las llamada Gran Galería hubiera sido imposible efectuar un sepelio. Estos bloques estaban destinados a obstruir la entrada a la pirámide. Los arqueólogos habían encontrado que para poder obstruir desde adentro con ellos la entrada a la Gran Pirámide era menester que los enormes bloques ocuparan la Gran Galería, lo cual impediría el sepelio. Por lo menos, cuando se instalaron los bloques no se pensó en el sepelio.
Pero un arqueólogo encontró la solución... El sepelio pudo fácilmente producirse porque los bloques habían sido colocados inicialmente en la Cámara de la Reina. Por supuesto que superado el problema los arqueólogos volvieron a estar seguros de que allí había sido enterrado Kheops. Todo anduvo bien hasta que Petrie, tomando medidas, descubrió que los tales bloques nunca pudieron estar en la Cámara de la Reina, porque la galería de entrada a la cámara era menor que el tamaño de los bloques.


Como el sepelio tenía que efectuarse —de otro modo Kheops no estaría enterrado en la pirámide y con ello sería violado un dogma arqueológico— el arqueólogo Borchardt descubrió una insólita solución... Los bloques habían estado colgados del techo de la Gran Galería y el cortejo pasó por debajo.

Resulta un tanto cómica esta obstinación en modificar la propia estructura de la pirámide que no era apta para ningún sepelio. Porque —y esto es muy importante— lo fundamental del sepelio egipcio era el transporte del difunto hasta su tumba en su propio sarcófago. El sepelio se efectuaba con el fondo reforzado por la tapa que recién se serruchaba recortándola sobre el fondo cuando el sarcófago llegaba a destino. Extrañas ceremonias bien confirmadas porque inclusive puede verse en el Museo de El Cairo el sarcófago de Diodefre —el sucesor de Kheops en una de las dos listas faraónicas arqueológicas— con la tapa a medio cortar todavía pegada al fondo.


Y ahora surge una nueva dificultas para el trabajoso sepelio de Kheops porque Petrie —que siempre medía antes de hablar— encontró que no era posible el sepelio por la simple razón de que el sarcófago, actualmente en la cámara del Rey, es de mayor tamaño que las galerías de entrada y por lo tanto debió estar allí (en la Cámara del Rey) desde el comienzo de la construcción de la pirámide.

Existen otros argumentos que prueban en forma concreta e irrefutable que Kheops no pudo ser enterrado en la Gran Pirámide. Uno de estos argumentos es elemental, porque no se concebiría modernamente que un difunto fuera enterrado en un cajón sin terminar y sin haber sido ni lijado ni pintado. Mucho menos puede pensarse que un fastuoso rey que se hizo edificar una monstruosa pirámide para servirle de tumba fuera enterrado en un sarcófago sin terminar. En efecto, el supuesto sarcófago de Kheops está recién serruchado sin haber recibido el pulido final. Todavía se notan en esta obra incipiente las marcas de los serruchos de piedra que no han re! cibido el menor pulimento.

La Cámara del Rey está igualmente sin terminar. El piso está completamente desnivelado, las paredes inacabadas sin haber recibido ningún pulimento. Todo está a medio hacer como si la obra hubiera sido interrumpida de golpe. Pero esto tampoco es aceptable por cuanto, como hemos dicho, el sarcófago estaba allí desde el comienzo de la construcción de la pirámide. En el cálculo de Heródoto, estuvo allí diez años sin que hubieran tenido tiempo los obreros de terminar el pulido.

Este aparente abandono prueba que no hubo intención de hacer un cortejo ni de enterrar a nadie en dicho sarcófago. Lo cual nos obliga a buscar en otra dirección la finalidad de la Gran Pirámide. La vieja hipótesis que confunde la pirámide con la mastaba debe ser abandonada.

La finalidad que modernamente se asigna en arqueología a las pirámides justifica plenamente la circunstancia de que la Gran Pirámide sea una tumba vacía. Un monumento puro.

BIOGRAFÍA DE JOSÉ ALVAREZ LÓPEZ |

José Álvarez López

(BIOGRAFÍA)


José Álvarez López nace en la ciudad de Córdoba (Argentina) el 31 de Julio de 1914, hijo de padres españoles procedentes de la Sierra Nevada de Granada, llamados Don Francisco Álvarez Manzano y Doña María López Rodríguez, los cuales fundaron la empresa “Café, Aceite y Especias Álvarez” vigente por muchos años en esta provincia.

Como buen español adicto a la familia, Don Francisco una vez bien asentado envió por sus hermanos, financiando pasaje y estadía, para asociarlos a su empresa con participación igualitaria. Esta actitud generosa de su padre, iba a dejar huella en J.A.L. cuando organizara en el futuro sus eventos, tertulias y asociaciones culturales.

Tuvo dos hermanas mujeres, Ángela y Nélida. Asistió de niño a la escuela primaria del Colegio San José y la educación junto a los Jesuitas le abrió grandes intereses en ciencias, donde fue premiado en la infancia

“Diploma de 1º Clase en Geometría” (3º grado)

Y de modo muy particular con la presencia de su maestro de Historia, el inolvidable historiador Padre Grenon —un hito en la cultura cordobesa, fundador de la Junta Provincial de Historia— y a quien visitaba asiduamente en los últimos años de este gran hombre de la Compañía de Jesús, quien dejó huellas profundas en él.

El secundario lo realizó en el Colegio Monserrrat, con su andamiaje humanista, cautivándole el Latín del profesor Carati. Sus años felices monserratenses hicieron que mantuviera una fiel amistad con sus condiscípulos de entonces la mayoría de los cuales fueron, como él, profesores universitarios. Y él, con 93 años, sería el último sobreviviente de su camada.

Ingresó en la Universidad de Córdoba en Medicina hasta la mitad de la carrera, a partir de aquel momento comprendió que lo que le interesaba era el Laboratorio. Cambió a Farmacia, luego de un tiempo advirtió que su interés no era la farmacopea, la producción de remedios, sino la Química misma. Tenía en el negocio de su padre un laboratorio de análisis completo. Aún no existía en CBA el Famaf. La Universidad de la Plata le ofrece esta carrera de investigador puro. Allí se descubre a sí mismo como amante de la Física y la Matemática, carreras que emprende con tesón. Corría el año 1938.

La vida en La Plata es un período de mucho estudio, bohemia y producción de sus primeros libros. Los veraneos en Córdoba y las vacaciones de invierno en su solar natal, compensan esa distancia.

El retorno definitivo a Córdoba le cambia por completo la vida, comienza aquí su vida pública y social. El solar natal lo recibe con los brazos abiertos. Era el año 1956. Su mejor amigo, su padre, tiene el gusto de verlo convertido en profesor universitario de la Universidad Nacional de Córdoba, la Universidad Católica, la Universidad Tecnológica y el Colegio León XIII. Se le otorga el

“PREMIO DE CIENCIAS PROVINCIA DE CÓRDOBA 1957”

Se muestra como un gran conferenciante, ameno disertante, viajero itinerante, investigador en Egipto, Florida, Bolivia y Europa. Monta laboratorios y tertulias. Abre las Noches Áticas que reúne y convoca los viernes en su casa de Córdoba a contertulios y disertantes. Habiendo también realizado esta bella experiencia en Madrid y Miami, con amigos que llegaron en avión desde España y Florida para visitarlo, como el periodista colombiano de Cadena Caracol Miami, Enrique Córdoba, El investigador Giorgio Piacenza, peruano también residente en Miami, y el físico madrileño Francisco Cuesta Benito de Univ. Complutense.

Funda sucesivamente dos agrupaciones. El Instituto de Estudios Avanzados, que sesiona desde la década del 50 hasta la década del 70, el cual se especializa en ser una asociación que organiza conferencias mensuales y que es cerrado en forma definitiva en 1977.

Y desde la década siguiente crea el GRUPO GEA (Grupo de Estudios Avanzados) el cual se constituye en una asociación de trabajo e investigación, del que fue presidente y que aún le sobrevive. Ante su desaparición física, es elegido presidente de GEA por votación unánime de sus once miembros que lo encabezan, su colaborador de muchos años, don Pedro Montoya Jaimes.


Su obra científica por deseo expreso suyo, ha quedado en manos de su discípulo y colaborador de muchos años, el ingeniero Dante Pedraza. Su biblioteca con más de 2.000 volumenes (ciencia-arqueología-literatura-arte) igualmente en sus manos junto con la esposa del profesor.



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En la vida personal José Álvarez López mantiénese soltero hasta el medio siglo, a partir del cual se asocia con la artista plástica, Alejandra Correas Vázquez, a quien doblaba en edad, pero juntos y asociados iban a permanecer cuatro décadas dedicados al trabajo de investigación histórica. Fue una de las parejas más estables de la ciudad de Córdoba, como un matrimonio a quien sólo la muerte pudo separar …como dice el poema….

Sobre su mesa de trabajo en su laboratorio de Ycho Cruz (Punilla-Córdoba) apareció este extracto en el reverso de la hoja del almanaque correspondiente al último día en que trabajo allí, y que dejó, como previendo una despedida (pues su partida fue imprevista y rápida)

“En el amor el último adiós es el que no se dice--- Oscar Wilde”

Este autor, cordobés y de familia cordobesa, viajero por el mundo, conferenciante itinerante, profesor universitario, representa un hito en los valores argentinos; por la variedad temática que abarca su obra, asentada en permanentes estudios y reflexiones. Así en los largos 93 años que lo tuvimos entre nosotros, dos meses antes de su partida y sin ninguna dificultad en febrero del 2007, en pleno verano, dio aún dos conferencias en el Hotel Sheraton para un grupo de físicos chilenos, que viajaron hasta Córdoba para escucharlo.

Junto con Leopoldo Lugones, a quien él admiraba -y en particular tenía intereses muy comunes con él- Álvarez López es el autor de Córdoba que más obra escrita nos ha legado. Citaremos la encantadora estrofa de Lugones que él permanentemente recitaba, y que creo nos legó como mensaje :

Al terminar la tarde de aquel día
Cuando vine mi emocionado adiós a darte
Fue la honda tristeza de dejarte
Lo que me hizo comprender que te quería


FUENTES 

A) LOS DOS TEXTOS/ENSAYOS FUERON TOMADOS DE:
http://www.mundopoesia.com/foros/prosa-sociopoliticos

  publicados por Alejandra Correas Vázquez

B) BIOGRAFÍA DE JOSÉ ALVAREZ LÓPEZ:
 tomado de:
http://www.escribirte.com.ar/foros/cuentos/1135/biografia--de--jose--alvarez--lopez.htm
subida por: Alejandra Correas Vázquez 

NOTA DEL EDITOR DE 
ESTE BLOG:

Este es un un pequeño homenaje a un GRAN HOMBRE, 
JOSÉ ALVAREZ LÓPEZ y tambien a una
gran mujer,argentina como el, artista
plástica, escritora y poeta,  
 Alejandra Correas Vázquez .

Con admiración a los dos.

Lic. Jose Pivín
frente al puerto de Haifa
frente al Mar Mediterráneo

 

lunes, 30 de julio de 2012

Olimpíada Internacional de Matemáticas (OIM) en MAR DEL PLATA ( ARGENTINA) : fue ganada por el equipo de seis miembros de Corea del Sur, que conquistó seis medallas de oro, seguido por los equipos de China (2º puesto), EEUU (3º), Rusia (4º), Canadá (5º), Tailandia (6º) y Singapur (7º).

Lo más interesante de la Olimpíada Internacional de Matemáticas (OIM) que se llevó a cabo la semana pasada en Mar del Plata no fue que los estudiantes asiáticos ganaran los primeros premios —con frecuencia lo hacen— sino el hecho de que el evento pasó prácticamente inadvertido en nuestra parte del mundo.

Aunque el torneo de matemática que se desarrolló entre el 4 y el 16 de julio tuvo una amplia cobertura periodística en Singapur, Corea del Sur, China y otros países asiáticos, concitó poca atención por parte de los medios de Estados Unidos y Latinoamérica.

Nuestras cadenas de televisión ya están enviando equipos periodísticos a los inminentes Juegos Olímpicos de Londres, pero muy pocos —si es que hubo alguno— enviaron un corresponsal a la olimpíada de matemática en Mar del Plata.

La OIM de estudiantes de secundaria de Mar del Plata fue ganada por el equipo de seis miembros de Corea del Sur, que conquistó seis medallas de oro, seguido por los equipos de China (2º puesto), EEUU (3º), Rusia (4º), Canadá (5º), Tailandia (6º) y Singapur (7º).

Entre los países latinoamericanos, el mejor equipo fue el de Perú, que ocupó el puesto número 16, seguido por Brasil (19), México (31), Colombia (46), Costa Rica (46), Argentina (54), Chile (59), Venezuela (91) y Cuba (95). Individualmente, el primer premio correspondió a Lim Jeck, de 17 años, de Singapur, quien ganó una medalla de oro con puntaje perfecto.

Argentina, el país anfitrión de la OIM de este año, es un ejemplo típico de la poca atención que se le presta a la educación en muchos países latinoamericanos.

La mayoría de los periódicos argentinos sólo publicó unos pocos párrafos sobre la OIM. Ni la presidenta Cristina Fernández de Kirchner, ni el ministro de Educación del país estuvieron presentes para inaugurar el evento internacional.

En momentos en que muchos estudios internacionales revelan que la calidad de los docentes es la clave principal para mejorar los estándares educativos, los maestros en Argentina ganan mucho menos que los recolectores de basura y los camioneros.

Tal como me enteré durante una visita a Argentina hace unas pocas semanas, los camioneros ganan 2,8 veces el salario mínimo del país, los recolectores de basura ganan 2,6 veces el salario mínimo, y los maestros ganan 1,3 veces el salario mínimo. Un maestro que trabaja doble turno —de mañana y de tarde— gana 2,59 veces el salario mínimo, que sigue siendo menos que el salario de un camionero o recolector de basura.

No es casual que Argentina —que solía figurar entre los países con mejor educación de Latinoamérica— está situado hoy cerca de los últimos puestos en las pruebas estandarizadas internacionales Pisa de matemáticas y ciencias para estudiantes de 15 años, muy por detrás de Chile, Uruguay, México, y Colombia.

En México, aunque los docentes ganan más que los recolectores de residuos y los camioneros, una cruzada gubernamental destinada a mejorar los estándares educativos sufrió un golpe importante a principios de este mes, cuando sólo el 30 por ciento de los maestros asistieron a una prueba de evaluación nacional para docentes.

Para quienes se estén preguntando si hay una relación entre la enseñanza de matemáticas y ciencias y el progreso de los países, la hay.

El país ganador de la OIM de este año, Corea del Sur, que tenía un ingreso per cápita mucho menor que casi todos los países latinoamericanos hace apenas cincuenta años, registro 13.500 patentes internacionales en el Registro de Patentes y Marcas de Estados Unidos el año pasado, contra apenas 500 de todos los países latinoamericanos juntos.

En los últimos días, después de que el presidente Obama anunció su plan de crear un cuerpo elite de maestros matemática y ciencia que recibirán 20 mil dólares extra por año, muchos expertos latinoamericanos señalaron que sin incentivos económicos y una jerarquización de la profesión, resultará difícil atraer buenos maestros a las escuelas latinoamericanas.

Mi opinión: en la batalla por la excelencia educativa que se está librando entre los países orientales y occidentales, que cada vez más determinará el éxito de las naciones, nosotros en los medios compartimos gran parte de la responsabilidad por no poner la educación en el centro de la agenda pública.

No hay nada de malo en que los medios cubramos masivamente las Olimpíadas de Londres. Pero cuando centramos toda nuestra atención en las competencias deportivas, e ignoramos casi por completo los torneos de matemáticas y ciencias, estamos creando solo una clase de héroes, los deportivos, y estamos dejando de glorificar a quienes más probablemente harán los descubrimientos científicos que permitirán mejorar nuestra calidad de vida, o encontrar una cura para el cáncer.

Es hora de que glorifiquemos a los campeones olímpicos de matemáticas y ciencias de la misma manera en que glorificamos a los campeones olímpicos de lanzamiento de jabalina o natación.

                                                                                                                                                                       Por Andrés Oppenheimer / El Nuevo Herald (Miami)

domingo, 29 de julio de 2012

MYRTHA SCHALOM: "LA POLACA", UNA HISTORIA DE NOVELA



Premio Martín Fierro 1996 Televisión Educativa

Soy porteña, de padre inmigrante y tercera generación en el país por vía materna. Obtuve el título de Contadora Pública Nacional en la Universidad de Buenos Aires para cumplir con el mandato ancestral  serás universitaria. Con el tiempo, aprendí a celebrar la vida junto a mi esposo, hijos y nietos. En simultáneo, me puse a estudiar lo que siempre quise: dramaturgia, actuación y producción de televisión. Mientras mis hijos crecían, yo  estrenaba en teatro: “Y elegirás la vida”, “Pioneros”, “Shalom Buenos Aires”, “Mil palabras”. Ya abuela, escribí y dirigí  “De diásporas y exilios” y “La radio está servida”. En mis obras desarrollé historias de desarraigos de inmigrantes y su conflictiva adaptación a la tierra que los recibió. Mi quehacer laboral se perfiló dentro de disciplinas artísticas en las que me preparé. Encontré mi lugar en la televisión como Coordinadora de Educable, primer sistema de televisión educativa por cable. Por la producción y guión del video “Ojo al piojo” emitido en dicha señal en  1996, APTRA  me otorgó el premio Martín Fierro. Al año siguiente recibí la distinción  a la creatividad en el Área de Salud durante las 1° Jornadas Internacionales de  Cine Científico, provincia de Córdoba y también FundTV lo  premió en Divulgación Científica y Educación Formal.  “Ojo al piojo” integró la serie de programas de prevención en salud para escuelas junto con: “Yo estoy vacunado ¿y vos?” y “Los niños por los niños en un mundo con Sida”.  Este último, premiado por la Asociación de Televisión por Cable, ATVC y además,  distinguido en el Encuentro Latinoamericano de Televisión de Gramado, Brasil en 1998. Tuve oportunidad de crear otros programas que abarcaron las áreas de literatura e historia argentina.  Fui coordinadora pedagógica de contenidos de la revista con guías didácticas para docentes “Jugando con cl@se”, distribuida en escuelas mejicanas por la señal latinoamericana de televisión satelital Cl@se.
 
También me aboqué a bucear en las peculiaridades de los heterogéneos grupos inmigratorios llegados en las postrimerías del siglo XIX.  Con ese propósito, trabajé para la colección de libros sobre distintas colectividades publicados por la Editorial Manrique Zago. 
Con la periodista Martha Wolff concretamos el libro “Judíos & Argentinos” para esa serie, en 1989. 
Juntas escribimos y producimos cincuenta episodios del radioteatro “Historias... en el supermercado Jumus & Jrein”.  Transmitidos por FM Jai, desnudaba en clave de humor un mosaico diversificado de la comunidad judía. 



Desde 1986 me propuse indagar en el tema de la trata de personas porque el personaje de Raquel Liberman me había apasionado. Ella fue la mujer que apareció en la sección policiales de los diarios en 1930, estigmatizada como mujer de vida airada, porque se había atrevido a denunciar a la red de proxenetas polacos judíos conocida como Zwi Migdal.  Por el sensacionalismo del juicio, la concepción machista de la historia y los tabúes de una sociedad pacata, la gesta de Ruchla Laja Liberman –según constaba en su pasaporte - había quedado sepultada entre los pliegues de la desinformación por más de setenta años.  Años después, desentrañé el misterio que la rodeaba.  Descubrí ciertas verdades ocultas que la convertirían en heroína y derrumbé mitos de la organización que la explotaba. Mi primera aproximación ficcional fue el guión para una miniserie de televisión que presenté al Concurso del diario La Nación, en 1993. “Te llamarás Raquel” -  El guión obtuvo una Mención especial que me dio empuje para seguir indagando hasta volcar  mis logros en la novela: “La Polaca ”, editado en el 2003, por Grupo Editorial Norma.  Pero la desazón se apoderó de mí al comprobar que, en la realidad, el negocio del tráfico y la trata se había acrecentado y seguirá intacto mientras perdure la tetralogía: rufianes, policía, municipalidad y clientes.
A partir de entonces, comparto las luchas contra la trata y el tráfico de personas y estoy comprometida con las acciones que realizan Fundación Mujeres en Igualdad , ATEM, UMA , Red No a la Trata, CEDAW – Argentina, Agenda de las Mujeres y una gran diversidad de organizaciones públicas y privadas.

Interesada en hacer visible la violencia de género desde un escenario, me incorporé en el 2007 al elenco de “Tribunal de Mujeres ”, obra de Naomi Ragen, dirigida por Juan Freund.


 
 
En el 2008  la Unión de las Mujeres de Argentina UMA me distinguió con la Mención “8 de Marzo Margarita de Ponce”.  Me siento alentada y agradecida a mis pares y renuevo el compromiso de ayudar a consolidar el tejido social para que los derechos humanos abarquen con equidad a las mujeres, sin exclusiones ni artificios.
 
En el 2008 terminé la novela De tripas corazón (inédita).

 
 

PREMIOS Y MÉRITOS


2009    Recibe el libro "Mujeres que hacen Historia", editado por Unión de Mujeres Argentinas, por su aporte a la cultura y la lucha contra el tráfico de mujeres. Su historia está contenida en el mismo, junto a otras 106 protagonistas premiadas con la mención "8 de Marzo - Margarita de Ponce" otorgada por UMA.

  
 



2008    Distinción a la trayectoria Unión de Mujeres Argentinas .  Día de la Mujer. 
       
2007    Distinción al mérito otorgado por el periódico “Israel en Buenos Aires”






1998    Distinción del jurado en el XI Certamen Internacional de Videocine Médico Badajoz España por el programa “Ojo al piojo”

1998    Distinción RAL – Programa Latinoamericano – otorgado en el Encuentro Latinoamericano de Televisión de Gramado, Brasil, por el programa “ Los niños por los niños en
            un mundo con SIDA”
            Guión, producción y realización.

1998    Premio ATVC  Asociación Televisión por Cable en el rubro de Interés General : Guión y Producción “Los niños por los niños, en un mundo con SIDA”
 
1997    1º Jornadas Internacionales de Cine Científico VIDEOMED

Mención Especial en la categoría Creatividad en el Área de Salud a “Ojo al Piojo” Provincia de Córdoba. Argentina
 
1996    Premio MARTÍN FIERRO  TV por Cable en el rubro Educación
            Guión y producción  del video “Ojo al Piojo”
 
  
1996    Premio FUND TV en el rubro Divulgación Científica y Educación formal
            para  la producción “Ojo al Piojo”

 
Dr. Pedro Simoncini
Presidente TVQuality - Educable
 
 
 
1995    Nominación en el rubro Artísticos y Culturales de FUND TV
            para la producción “Leopoldo Lugones”


1994    Premio extraordinario Fundación TV Educativa
            para la producción “El Sainete”
           
1993    Concurso Diario “La Nación”
Mención Especial por el guión de una miniserie para televisión “Te llamarás Raquel” 8 capítulos de 1 hora.

 Fuente:http://myrthaschalom.blogspot.co.il/2008/09/la-polaca-una-historia-de-novela.html


Raquel Liberman: una historia de novela
“No soy yo la que pensáis,
sino es que allá me habéis dado
otro ser en vuestras plumas
y otro aliento en vuestros labios,
y diversa de mí misma
entre vuestras plumas ando,
no como soy, sino como
quisisteis imaginarlo.”
                                                                                                Sor Juana Inés de la Cruz

La realidad que suele superar a la ficción, quiso que se me apareciera la verdadera Raquel Liberman a través de su familia.
Lo que aconteció en paralelo a mi novela “La Polaca” es tan potente, como el secreto de sus descendientes, oculto por más de setenta años.
La Raquel Liberman que me contaron existió de verdad, mi protagonista, también.
El cúmulo de casualidades y mi búsqueda, me llevarían a ampliar los datos que se conocían de ella.
El tema de los tratantes de blancas judíos en Argentina (principios del siglo XX hasta 1930,  ha sido desarrollado por varios autores pero ninguno ha llegado a despejar ciertas  incógnitas, que en mi texto se revelan. Nunca será tarde para reivindicar el nombre de Raquel Liberman, la mujer que con su denuncia desarticuló a la organización Zwi Migdal y revalorizar la lucha organizada y efectiva que generó la colectividad judía contra los proxenetas.
En 1993, presenté al Concurso Literario del diario La Nación la miniserie para televisión  “Te llamarás Raquel” por la que he recibido una Mención Especial. 
Después, me llevó casi diez años entrelazar aquella historia de ficción con los datos biográficos de la verdadera Raquel Liberman, ocultos hasta ese momento.
Mi novela La Polaca es el resultado del encuentro amoroso entre: Rojl, la imaginada y Raquel, la real; aunque presiento que aún hay mucho más por develar.
La gesta  de la mítica heroína no debe ser olvidada porque no hay más muerto que aquél que no se evoca.
                  Donde realidad y ficción se tocan
Corría el año 1993 y yo terminaba de escribir el guión de una miniserie para televisión  inspirado en parte en los escuetos datos que aportó Alsogaray en su libro: “Raquel Liberman  procedente de Polonia, su país natal llegó en setiembre de 1924, acompañada de Broni Koyman (sic), ignorando los días aciagos que el destino le deparaba. La compañera de viaje fingió bien su condición y la  Liberman no tardó en caer en sus redes, hasta convertirla en esclava de un explotador siniestro....”
 
Para una mujer también de nombre Raquel, ese año 1993 le depararía una sorprendente novedad. Ver en la pantalla de su televisor la foto de su abuela, fue una conmoción. El programa era “Siglo XX, cambalache” . Me entrevistaban sobre el juicio promovido por Raquel Liberman a la Zwi Migdal en la década del ’30.  Su nieta ignoraba todo acerca de su abuela. Ese fue su despertar. Quiso conocerme y entablamos una amistad. Nos unía la necesidad de reconstruir su historia familiar y hacer justicia.

Según la nieta de Raquel Liberman, su abuela había llegado a Argentina en el año 1922 con sus dos pequeños hijos, a reencontrarse con el marido, arribado un año atrás.
A los pocos días volvió a  llamar para comunicarme que su hermano Horacio, había encontrado cartas en idish en el fondo de un baúl que se mantuvo cerrado como las bocas de José y Moisés, hijos de la Liberman.
Descubrí entonces, un relato diferente al de los libros que se habían ocupado de la Liberman, mostrándola soltera y sin familia en el país.
Raquel Liberman, la auténtica, nació en Berdichev, Kiev, Rusia, el 10 de julio de 1900. Emigró de niña a Polonia, donde vivió con su familia.  En Varsovia, estudió y conoció a Iaacov Ferber. En diciembre de 1919, sellaron el vínculo bajo la jipe*.
Iaacov y Raquel tenían oficios que se complementaban y les permitía ganarse el sustento: sastre y costurera.
Al año de casados, nació el primogénito, Sruga David Ferber (Josué o José). Y el matrimonio decidió “hacer la América” como tantos otros.
En julio del ’21, Iaacov viajó a la Argentina y se instaló en Tapalqué, donde vivían su hermana Helke y el marido. Raquel, aunque un nuevo embarazo se insinuaba,  aceptó la separación con optimismo.
El anhelo de volver a estar juntos y la tristeza que les causaba estar separados. emana de las cartas que se enviaron  Raquel y Iaacov durante más de un año.
Las preguntas del marido, en un idish sin metáforas ni alusiones bíblicas, se refieren a lo cotidiano: el bris** de Moisés, el hijo nacido después de la partida, e  inscripto con el apellido materno, la salud de José (el mayor), la inquietud  por la convivencia con los parientes, su enfermedad pulmonar...
En un idish  más pulido, Raquel vehemente y romántica, cuenta planes y sentimientos.
Cuando tuve oportunidad de darlas a traducir, pensé que José y Moisés habían guardado las cartas de sus padres muertos como quien guarda el símbolo de una liturgia que no sabe practicar y que yo tenía el privilegio de ser el nexo.

 “A Iaacov
Mi querido esposo:...te cuento que el pequeño Sruga (José)  le dice papá a nuestro cuñado, porque oye a sus primos, llamándolo papá. ...Escribíme sobre el viaje, como fue.  Contáme como te sentiste a bordo.  Si te mareaste y todo eso...Mi querido, no tengo que decírtelo ni repetírtelo, porque sos un esposo fiel y yo soy una esposa fiel, pero apurá los papeles para que nos reunamos pronto...”

“Querida Ruchla
... No tengo un empleo fijo, pero hago todo lo que se me presenta. Cosí un traje negro para mi cuñado, y para mí uno bordó, para las fiestas. También me compré un par de zapatos de cuero y un sombrero importado porque con mi kapelush*, parecía  un gringo. ...Mi objetivo número uno, es aprender el idioma....también te mando un peso para que puedas ver cómo es el dinero argentino. No lo tires porque acá pagan 1.200 marcos polacos por cada peso...¿De qué hablan en Varsovia? ¿Ya empezó el mal tiempo allá? Acá, en Tapalqué, la primavera comenzó el primero de octubre y los árboles están floreciendo, como en nuestro país después de pascuas.
                                                                                                            Iaacov”

“Varsovia, 16 de marzo de 1922
Querido esposo
...Aquí estamos con buena salud, gracias a Dios. Pero los milagros no ocurren todos los días.  Mis fuerzas aminoran de tanta tristeza. ¿Puede la leche que alimenta a mi hijo seguir fluyendo de un corazón dolorido? ¡Imposible! Yo pensaba que dentro de poco vendría la salvación. Que viajaríamos para encontrarte, mi amado, único consuelo de mi alma; que pronto mis ojos llenos de lágrimas volverían a brillar, al ver cómo el padre aprieta a sus hijos contra el pecho y los besa con todo su ser. Pero al final, la salvación para una madre y sus hijos sigue de largo, y estamos sumergidos en un mar de soledad y miseria, de mugre y barro. ¿Tengo que soportar cómo mi hermana anda todo el día con cara larga, sin dirigirme la palabra? ¿Tengo que soportar a mi cuñado gritándome e insultándome a mí y a mis hijos? ¿Ver cómo nuestro hijo mayor está todo el día sentadito en su colchón, y a la noche, nunca lo dejan corretear por ahí, como un chico necesita. Oh, ¿cómo puedo tolerar esto? ¡Me estalla el corazón! Dicen que uno se va acostumbrando a su tsarot* pero ahora, tu enfermedad, es una nueva tsarah* para mí... Le mando sinceros saludos a mi cuñada Helke.  Le agradezco mil veces sus esfuerzos y los sacrificios que hace por vos...Sólo mis dos pequeños me sostienen en mi sufrimiento aquí.  Tal vez por ellos, aún seré capaz de salvarme...Ya te escribí muchas veces.  Lo único que te pido son los pasajes para mi y los chicos, a mi nombre, Ruchla (Raquel) Liberman...”

“Querida Rucha
“¿Creés que mi corazón no sangró lo suficiente cuando no pude participar de la celebración del brit-milá de nuestro hijo, Moshe Velvele (Moisés)?
...                                                                                 Iaacov”

“Varsovia, 20 de abril de 1922
Mi adorado esposo
Recibí tu carta del 16 de marzo.  La felicidad es enorme porque nuestra correspondencia se terminará pronto y nos veremos cara a cara. Mis dos hermosos y adorados hijos y yo, seremos pacientes, sabemos que un espléndido futuro nos espera, llenándonos los ojos de luz y dándonos fuerzas para soportar todo lo demás con más facilidad. Veo cómo se acerca nuestra salvación.  Especialmente ahora, que mi cuñado y mi hermana se portan mejor que antes conmigo, cuando pensaban que deberían aguantarnos por mucho tiempo, tal vez años.  Pero ahora que nos vamos, vuelven a mostrarme respeto.  Lo hablaremos después: un, como dicen: sof tov, hakol tov*... Recibí los  35 dólares y me dieron 129.000 marcos polacos.  Te vuelvo a pasar los datos: en el pasaporte yo figuro como Raquel Leah Liberman y nuestro pequeño Moshe Velvele, como Mishka Wolf Liberman.  Bueno, creo que ahora está todo claro...”
Cuando Raquel recibió el dinero para el pasaje, también recibió recomendaciones del marido:
“...vigilá el equipaje con los comprobantes, pedí en el barco almohadas y frazadas, especialmente para los chicos, ya que de noche hace mucho frío, pedí leche y si te sentís mareada, llamá a la enfermera para que los cuide. El personal es muy bueno y no cobra por los favores y si te dan algo que tenés que pagar, decíles que tu esposo pagará por todo cuando te vaya a buscar al puerto.  También tratá de no quedarte sin plata en el viaje.  En caso de que quieras tomarte un vaso de cerveza y comprar chocolate y naranjas para los chicos, deberías tener 10 dólares...Y cada vez que el barco hace una escala, verás que hay niños que se acercan en pequeños botes y les podés comprar de todo. No vendas tu ropa y  traé los artículos domésticos...Cuando llegues de tu viaje besholem*, te compraré tales ropas que nadie podrá adivinar que sos gringa, pensarán que sos de acá.” 
Raquel partió con sus dos hijos en el Kad Polonia, en un camarote para  tres.
El 22 de octubre de 1922, arribaron a Buenos Aires.
Las penurias no terminaron en los adoquines del puerto. La prueba está en una carta de Helke a su hermano Iaacov, internado en el hospital.

“Tapalqué, 27 de julio de 1923

Querido hermano Iaacov
Recibí tu carta desde el hospital.  Estábamos parados, cuando Raquel la leyó. No podés imaginarte nuestras emociones al recibirla, ¡viniendo del hospital! Todos gritamos al unísono: Dios, Dios ayúdanos. Poné fin a nuestros sufrimientos y angustias...Fue bueno que nos escribas, ya que tu mujer no me creía cuando le contaba de vos.  Así que tu carta sirvió para despertarnos a todos.  No tengo más noticias.  Tu hermana y tu cuñado, tu mujer, tus hijos y tus amigos te mandan saludos y te desean una pronta refíe sheleime*.  También mando una foto de tus hijos.”
En Tapalqué, a Raquel la realidad no le dio respiro. A los pocos meses de llegar recibió el golpe de la viudez.  Como Helke, que no tenía descendencia, era inválida, Raquel tuvo que poner a los pequeños al cuidado de una pareja de vecinos.
Ser costurera y hablar idish, -habrá pensado- le servirían para ubicarse con un empleador de la comunidad.
Con un pobre dominio del castellano, se fue a Buenos Aires. Aparentemente, ella desconocía la suerte que corrían miles de mujeres secuestradas por madamas o traficantes.

La “conexión” Helke
Hasta fines del 2001 no tenía pistas nuevas sobre quiénes ingresaron a Raquel Liberman a la prostitución.
Recién ese año en la Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, se me reveló que la cuñada de Raquel Liberman, podría haber sido el verdadero enlace con la Migdal. En este caso, el denominador común: rufián que engaña a inocente jovencita, no se había dado.  La prueba está en la página 4 del diario Última Hora del domingo 25 de mayo de 1930.
“...Se recibieron en la división de investigaciones a las mujeres Elka Farber de Mibrohot y Rosa Chegaesky.
La primera es propietaria de una casa de lotería de Tapalqué, afiliada a la Migdal y la otra es también dueña de una casa similar en Lincoln. Las dos mujeres fueron detenidas de acuerdo a las órdenes de detención resueltas por el juez Rodríguez Ocampo.”
 
Crítica y La Prensa también da cuenta de esas detenciones: “...esta madrugada Elke Fraber y Bernardo Krefttsehik, socios ambos de la Migdal, y que se habían refugiado en una localidad cercana a la Capital fueron apresados.”
“Se aprehendió a una mujer en Tapalqué. El empleado de investigaciones de La Plata, Segundo Núñez, por orden del juez doctor Rodríguez Ocampo, condujo detenida a la mujer Elque Farker, radicada en Tapalqué, por estar vinculada a las actividades de la Zwi Migdal.”
Los apellidos oriundos de Europa Oriental, son complicados para los oídos latinos y en los diarios se cometen errores.  Pero, Elka o Elke, Farber o Ferber con domicilio en Tapalqué, no podía ser otra que la hermana del marido de Raquel Liberman. Mi sospecha se convirtió en certeza.
Meses después, La Prensa del 1 de octubre de 1930, y otros periódicos, volvieron a  ocuparse del caso Migdal. Nuevamente Helke Ferber de Milbroth, como su esposo Moshe o Moise Mibroth o Mibrot, aparecen como socios de la Migdal. 
Cuando confirmé que sus nombres estaban en la lista del libro de Julio Alsogaray, no pude evitar mi decepción. Y lo primero que me vino a la mente fueron las cartas en idish de Raquel  y la foto de su arribo al puerto de Buenos Aires: a Iaacov (marido de Raquel) y a su hermana Helke, se los ve con buenas ropas urbanas, y no con la humilde vestimenta que usaban los inmigrantes rurales. 
Recordé  una carta de Iaacov a Raquel: “Helke me ha comprado ropa de “seda por dentro y por fuera”, y me ha hecho abandonar mi traje de gringo”.
Y de Raquel desde Varsovia, a su marido:16 de marzo de 1922 ...tu hermana Helke –que el Señor la mantenga en buena salud por muchos años- está haciendo por vos lo que ni siquiera una madre podría hacer.  Desde lo más profundo de mi corazón le agradezco su devoción por vos.  Que Dios la ayude en todo lo que está intentando hacer. Te pido, mi querido esposo, ahora que tu hermana está haciendo tanto por vos, que le hables y le ruegues de rodillas, con lágrimas, que salve a tu mujer y a tus hijitos de esta prisión...que nos saque de aquí.  Podría ser un milagro para ella también, ya que soy un ser vivo y la puedo ayudar a alivianar su carga...
Querida Helke, te ruego que leas la carta que le escribí a mi marido.  Realmente creo que serás la mensajera de nuestra salvación, y que de la misma forma en que empezaste la mitzvá*, seguirás ayudándonos en nuestra situación.  Sos la única que puede poner fin a nuestro sufrimiento y ayudar a mis hijos a tener una educación y ser felices.  Con tu esposo y el mío juntos, espero que puedas sacarnos de acá.  Tu cuñada te saluda con afecto y lágrimas, Rochle (Raquel) Ferber...”
 
Pensé en Raquel y en el dinero enviado por Helke, que le permitiría emigrar.  La salvó de la guerra pero: “cuando la limosna es grande...”
¿La venta de lotería en Tapalqué rendía tanto? Quien haya leído sobre mafias sabe muy bien la conexión que hay entre juego clandestino y prostitución. Quizás el delicado estado de salud de Iaacov, las estadías en hospitales y su prematura muerte no le dieron tiempo para advertirle a su mujer - que no cesaba de agradecer la bondad de quien los protegía -acerca de los negocios dudosos de su familia.
Supongo que al lector le cuesta tanto como a mí, pensar que Helke y su marido Moshe,  para desembarazarse del peso económico que representaba la viuda con dos hijos pequeños, la conectaron con Jaime Cissinger o Cyngisser, su primer explotador.
Una carta de Helke que antes me resultaba hermética, con las nuevas evidencias ahora me resulta clara.  
Tapalqué, 12 de julio de 1925. “Querida cuñada: Aquí estoy mandándote tu fortuna.  No me pongas loca, esto es para que veas que nada está yendo mal por acá y no me asustes con telegramas.  No les falta nada, están bien vestidos. Esto es para que te calmes.  Saludos de tu cuñada. Helke”

Palabras como fortuna, loca y un llamado a la calma, no tendrían sentido si pensamos en Helke como una mujer que posee un pequeño negocio de lotería y le escribe a una cuñada que supone costurera.  Parecería ser que Helke buscaba hacerle a Raquel una especie de advertencia y que usaba a los niños bien vestidos, y a los que no les falta nada, para acallarla.
La trata de blancas conlleva en sí una profunda dosis de dramatismo pero descubrir, en el caso de Raquel Liberman que posiblemente fue su propia familia la que la condujo al prostíbulo torna más dolorosa su historia.  Eso no opaca la responsabilidad que le cupo a la Zwi Migdal.
Cuando Raquel Liberman ratificó la denuncia con su nombre de soltera y ocultó su  condición de viuda, salvaguardó a los hijos del oprobio y seguramente por eso, el comisario Julio Alsogaray y el magistrado, Manuel Rodríguez Ocampo -el más joven de los tribunales bonaerenses- aceptaron y respetaron las condiciones impuestas por ella.
Es probable que su decisión de obtener la visa para regresar a Polonia en 1934, estuviera ligada a la idea de separar a sus hijos de Helke.
Ante el pedido de informes del Consulado Polaco, IWO (Instituto Científico Judío) respondió:

“El nombre de Raquel Liberman es hartamente conocido por la vinculación que había tenido al ventilarse el proceso “Migdal” y, por lo tanto, no es necesario entrar en otras consideraciones que las que nos interesan para el caso que venimos a exponer.
El Consulado de Polonia se ha dirigido a nuestra Institución, solicitando establecer la situación moral y medios de vida de una tal Raquel Liberman, la que requería un pasaporte de viaje. Ya lo hemos señalado en varias oportunidades que el Consulado recurre, habitualmente a los servicios de nuestra oficina, a objeto de comprobar si los que tienen que embarcarse no pertenecen al elemento tenebroso.
Iniciadas las diligencias para identificar a la nombrada mujer, se constató que se trataba de la Liberman, a quien conocíamos a través del proceso “Migdal”; el pasado y antecedentes de ella obraban en nuestro poder en todos sus detalles pero nos interesaba averiguar su ocupación actual.
Con el correr del tiempo la hemos  perdido de vista, ignorando absolutamente lo que hacía ahora.
Llevar la investigación en una forma discreta hubiera ofrecido el inconveniente de tener que distraer mucho tiempo, del que no disponíamos, lo que nos indicó visitar a la Liberman en su domicilio; conforme traspusimos el dintel de la puerta, la primera impresión que recibimos fue de nuestro agrado: cualquiera que la viera ahora en ese nuevo ambiente, que se intuía sano, estaría lejos de suponer que esa mujer se había entregado a una vida licenciosa por espacio de varios años.  Y, sin embargo, el estigma deja, por lo general, un sello indeleble en los rostros de muchas de las que tuvieron la desgracia de entregarse continuamente a prácticas viciosas; la Liberman nos sugiere un concepto favorable, porque constituye un contraste bien grato por cierto, con otras mujeres también redimidas, y las que en su nueva condición incitaren nuestro interés para observarlas de más cerca.
Abordada la cuestión que nos interesaba, la Liberman se mostró muy dispuesta a suministrarnos todos los datos que le fueron requeridos, a fin de poder establecer exactamente que, según afirmaba, su regeneración era un hecho real.
Con los elementos en nuestro poder se practicó una averiguación minuciosa, que nos dio la probanza de que esa mujer se halla alejada, desde hace más de cuatro años, de todo lo que, remotamente, podría tener relación con su triste pasado. Es un placer cumplir con lo solicitado por el Consulado Polaco aportando los resultados de nuestra investigación.”
Pero el viaje a Polonia nunca tuvo lugar. Unos meses más tarde, el 7 de abril de 1935, Raquel fue internada en el hospital Cosme Argerich donde murió a los 35 años, de cáncer de tiroides.
Habían pasado trece años de aquella llegada a Buenos Aires. Si aquel regreso a Varsovia no se hubiera malogrado, José y Moisés hubieran caído en las garras del nazismo que ya sobrevolaba Alemania y especialmente, Polonia.
A los hijos sólo les quedó de su madre unas escasas fotografías, en las que se mostraba feliz.

A veces, la realidad es tan dolorosa que es necesario maquillarla para poder contarla y es lo que yo hice al presentar la historia como una ficción, en “La Polaca”, publicada por el Grupo Editorial Norma en 2003.
Con la novela intento reivindicar su lucha no sólo por Raquel sino por el legado que deja a las demás mujeres que bregan por defender su dignidad y libertad  y por las víctimas de la trata que no son escuchadas.
                                                                                                Myrtha Schalom
 


*jipe: (del hebreo jupá) palio de cuatro columnas bajo el cual se realiza la ceremonia del casamiento religioso.

**bris : (del hebreo brit milá) circuncisión
* kapelusch: un modelo de sombrero.
*  tsarot: (hebreo) desgracias, amarguras.
* staráh: (singular)  desgracia.
* sof tov, hakol tov: (hebreo): si termina bien, todo bien.
* besholem: (del hebreo) en paz.
* refíe sheleíme:
(del hebreo) completa mejoría.
* mitzvá:

 CONTRATAPA DEL LIBRO 'LA POLACA'



“Polaca” fue el apodo utilizado a comienzos del siglo XX para llamar a la prostituta judía. Raquel Liberman, la Polaca protagonista de este libro, se atrevió a desafiar con su denuncia a la organización judía de tratantes de blancas Zwi Migdal, que –amparada en la corrupción de la institución policial– engañaba, secuestraba y esclavizaba a mujeres inmigrantes para hacerlas trabajar en burdeles. Ante la acusación de esta valiente mujer, el periodismo de la época apenas le dedicó unos pocos centímetros: el carácter escandaloso del juicio, la concepción machista imperante y los tabúes de una sociedad pacata, hizo que la gesta de Ruchla Laja Liberman –según constaba en su pasaporte– haya quedado sepultada durante más de setenta años.
A través de la investigación minuciosa y apasionada de diarios y libros de la época, Myrtha Schalom comenzó a reconstruir esta historia que luego fue enriquecida con los valiosos datos y fotografías que la familia descendiente de Raquel Liberman aportó. Es así que La Polaca reinvidica la memoria de esta mítica heroína cuyo testimonio hizo que más de cien proxenetas fueran procesados. Por fin la historia puede resarcirse con una ficción que le devuelve la verdad de los hechos.

http://myrthaschalom.blogspot.co.il/2008/09/la-polaca-una-historia-de-novela.html